domingo, 25 de septiembre de 2011

Valorando los espacios creados...


La vivienda interioriza el tejido imbricado del urbanismo propio de Fez, que recoge los aspectos propios de una ciudad musulmana medieval: calles tortuosas, giros insospechados y haces de luz y sombra se intentan incorporar en la esencia de la vivienda para el escritor.
La vivienda se plantea por tanto encorsetada, sin dar importancia a las fachadas. El recorrido se convierte en el verdadero promotor del proyecto. Es importante el inicio desde la oscuridad hasta casi el deslumbramiento de Fez, en el mirador de la última planta.
Desde el acceso se conforman pantallas, no físicas sino configuradas por haces de luz, que comienza rozando lo tenebroso, pero que no tardará en descubrirse la tenue luz reflejada procedente del primer patio.
Se va dirigiendo la mirada insistentemente hacia esa luz hasta que no tarda en descubrirse una luz más intensa pero lejana que incita a descubrirla y caminar hacia ella: es el espacio de relación principal, donde el escritor se relacionará principalmente con sus invitados y ante el que tiene dos de sus mayores tesoros: el patio principal, lleno de frondosidad vegetal y su gran biblioteca, cargada de obras antiguas y auténticas joyas de la literatura universal, por eso el escritor no duda en que sus invitados tengan acceso visual y consten de su mayor tesoro, que lejos de ser objeto material, demuestra ser la fuente intangible de su conocimiento y cultura.
En las plantas sucesivas se desarrolla el recorrido haciendo constar de la belleza sensitiva (no sólo visual, sino también olfativa, táctil y sonora) que constituye ir recorriendo el patio principal que recibe la luz matizada por la celosía que la cubre.
El recorrido finaliza en ese ansiado mirador, en parte, creando sorpresa ante la mirada inesperada y donde no adquiere importancia la escala humana sino la urbana, cuatro alturas por encima de la cota de la calle.

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